lunes, 1 de marzo de 2010

DOS MANERAS DE VIVIR


Aquel hombre vivía sólo para trabajar. Buscaba reconocimiento y afecto y lo encontró. Todos le querían por las cosas que tenía, aunque en realidad las cosas le tenían a él. Consumía poco y trabajaba mucho. Era de los que piensan que son imprescindibles en su empresa. Tanto le importaba tener de todo que incluso tuvo un infarto de miocardio que le llevó a la tumba que acababa de adquirir en el cementerio.

Ahora, su viuda lleva una vida muy tranquila. Vive como una reina, sin rey. Vendió todos los bienes que su marido acumuló, es generosa con los más necesitados y viaja por todo el mundo, sin prisa, disfrutando de las horas lentas de cada atardecer. Por fin ha encontrado un sentido a su vida al abandonar el engaño al que durante años había estado sometida y recuperar su libertad.

Cada veinte de septiembre, aniversario del fallecimiento de su marido, se acerca al cementerio y deposita sobre su tumba un hermoso ramo de rosas escarlatas que tanto le gustan. Lo hace porque en el fondo ella es muy agradecida y también para gastar en flores el dinero de aquel hombre que nunca se las regaló.





Lander Laborde
Invierno 2010

ENTRE LA SONRISA Y EL LLANTO


Cuando vivía anclado en la melancolía
cuando ni vivo ni muerto vivía
todos querían saber
de mi pesar la causa,
y para mudar el modo de vida
mil recetas me ofrecían

Ahora que camino bajo la luz del sol
ahora que, por fin, vivo en armonía
unos dicen que estoy loco
y otros que soy un poeta,
pero nadie quiere saber
de mi felicidad la causa.





Lander Laborde
Invierno 2009