martes, 21 de octubre de 2014

MIMETISMO

  
El autobús se adentra
en el corazón de la ciudad
         la joven que lo conduce
         charla amigablemente
         con una mujer del asiento de al lado
—como vas sola
puedo parar donde quieras

Con los brazos en cruz
exclamo desde el fondo del bus
—¡eh!     que estoy aquí

La conductora gira la cabeza
y aguantando la risa a duras penas
remata la faena
—disculpe
es que como va de azul
le he confundido con los asientos.