viernes, 14 de agosto de 2009

TÉ Y CAFÉ



A la casa donde nací
—casco viejo de Tolosa—
acudía fray Kaxiano
de Lizartza y Franciscano,
mi abuela le servía su café
y al tomarlo siempre lo decía:
“a mi me gusta el café
caliente como el infierno
negro como el demonio
dulce como el ángel”

Medio siglo después
en el barrio 2 de Mahbes
—campamento saharaui de Smara—
Raiba prepara el té
como la tradición señala
el primero amargo como la vida
el segundo dulce como el amor
el tercero suave como la muerte

Y al salir de la haima,
en la tranquilidad de la noche,
bajo un cielo de estrellas lleno
pensé que es bueno saber
que un ángel es un amigo
o tal vez una estrella
que el demonio es el egoísmo
o tal vez uno mismo
que el infierno es la miseria
y no sólo la de fuera
y aunque la vida
también puede ser dulce
y el amor amargo
libre es quien decide el rumbo
hacia el fatal destino
sea el camino corto o sea largo.





Lander Laborde
Verano 2007

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