martes, 19 de marzo de 2013

EL CALDO



A Eduardo Laborde

Clínica de la Asunción
habitación 118
tres días sin comer
le trajeron un caldo
se lo tomó en silencio
con la sombría expresión
de un condenado a muerte

—¿Estaba bueno?, pregunté.
Y él, sin inmutarse, respondió:
—Este caldo es como para asesinar al cocinero
y en el juicio sería un atenuante.



Lander Laborde
          Primavera 2012

1 comentario:

  1. Me gustó este poema cuando lo recitaste.

    Me gustó toda tu actuación.

    Siempre sale bien -decías- y fue así.

    Salió bien. Vi gente muy emocionada, y los de la barra, atentos y un silencio absoluto.

    Abrazo, compañero.

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